lunes, 27 de mayo de 2013

La gota de agua

Las oscuras nubes anunciaban una inminente batalla entre los cielos y la tierra, rayos amenazadores buscaban los objetivos que sentenciar, entre tanto alboroto, una pequeña gota de agua asomaba entre los negros algodones de su celda, prisionera de su naturaleza soñaba con saltar al vacío con el sentimiento arduo de acariciar nuevas vidas, nuevos lugares, nuevas experiencias…

La batalla había comenzado, los cielos en color guerra machacaba el marrón de las tierras, de este modo, la pequeña gota de agua aprovechó la distracción para saltar al vacío. Lo había conseguido, una vez más dejó de ser la reo para lograr preguntarse los pasos a los que le llevaría su libertad, su imaginación volaba tan veloz como su caída, pero… tan rápido como besó su nuevo destino murió su sentir de libertad, una vez más… había caído sobre el mar… tarde o temprano el sol la rescataría de las densas aguas para encarcelarla en una nueva nube, y así fue, escapó de mil y una tormenta acabando envuelta en el frío azul de los mares. 

Sin esperanza y olvidando tantos planes trazados no terminados y sin dueños, aceptaba su cíclica vida como la verdad de su existencia, pero… cuando más olvidas los sueños, la vida de forma casual te los brinda sutilmente para que puedan ser ignorados y recordados, este fue el caso, una vez más escapó de su celda, su caída muerta solo buscaba donde reposar y descansar por unos días, pero esta vez no se sumergió en el frío azul, por segundos descubrió lo real de los sentimientos, aquello que tanto anhelaba encontrar, así, halló la tristeza mientras se mezclaba con las lágrimas que surcaban las mejillas de una mujer, la felicidad de unos labios que sonreían a la par que un hombre acariciaba con sus manos el rostro de aquella mujer, para finalmente sentir la generosidad de regar en vida aquel pequeño rosal que empezaba a despertar de la densa tierra.

El hecho de nacer trae consigo una compañera de viaje que bautizamos como problemas, que no aparezcan en nuestro día a día no está en nuestra mano, al igual que la pequeña gota de agua, nos ceñimos a evitar caer en esos problemas pero ¿lo conseguimos?, no, al intentar no reproducirlos causamos el efecto contrario pero más voraz, creamos nuevos problemas en nuestras vidas a la par que despertamos aquellos de los que queremos escapar. Puede que la solución sea tan dura como fácil, olvidar lo malo y salvar lo bueno.

sábado, 11 de mayo de 2013

Tras el Espejo


La luz incidía sobre el cristal del espejo que decoraba su habitación, jugando con luces y sombras, su imagen quedaba reflejada sobre el impoluto vidrio, mostrando una silueta alimentada por la seguridad y la ambición de derrotar su mundo. 

Cerrando la puerta de su casa, miraba aquellos que dejaban su fragancia a su paso, observaba un amplio mundo lleno de prisas, las dudas e inseguridades volvían a nacer, destronando así al hombre que había quedado atrapado en aquel espejo.

Tomando la autopista y desnudando sus miedos se embarcó en el naufragio de un cansado existir que navegaba en botella vacía hacia los confines de lo desconocido. Avanzaba lentamente entre la multitud de conductores de ardientes enfados a la vez que fantaseaba en cómo sería su vida si realmente fuera la persona que quedó atrapada tras el cristal de su habitación, ¿quién soy yo? Se preguntaba, ¿por qué mi ímpetu queda encerrado tras mi visión?

No era feliz, o eso creía, nunca realizó las preguntas correctas, nunca paró a pensar en el significado de la meta felicidad, su mente agrietaba la paz de los cementerios con los guerreros muertos de las utopías, ¿qué era su vida?, ocho horas de trabajo necesarias para sobrevivir, una familia de la que ocuparse tras llegar a casa, un baño y una cama vestida de mujer que lo esperaba para soñar abrazados, esa era su vida, ¿qué fallaba? ¿qué quería?

Mientras esperaba que el sueño rescatara su mente, pensaba en horizontes a los que llegar, metas personales, libre para caer muerto en donde quisiera, buscar y andar sobre los caminos que nadie se atrevió a cruzar, pero… todo ello eran palabras, sueños de ciencia ficción disfrazados por cansancios de una vida carente de realismo, ni el mismo sabía en que objetivos físicos o realistas cumplir aquello que no sabía pero añoraba.

Así pasaron los días, meses y años, aquel ser que deseaba ser quedaba atrapado en el reflejo del espejo, su otro ser movido por los mecanismos de la rutina buscaba respuesta o exculpación al malestar del inconformismo, nada es perfecto, pero, ¿sabéis que pensaba cada día aquel hombre lleno de seguridad y con gran sonrisa que quedaba enjaulado en las fauces del espejo?, algo simple, ojalá tuviera la vida y las oportunidades de aquel que añora ser yo.

Puede que enfrascados en la meta de la felicidad ignoremos que esta no existe, que la felicidad en nuestra mente se viste de todo aquello que no tenemos, de los alientos de vida que imaginamos que pueden existir, desterrando de este modo todas aquellas vidas, momentos y posibilidades que tenemos en nuestras manos de no solo hacernos feliz, sino de no necesitar la palabra felicidad.

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