Las oscuras nubes anunciaban una inminente batalla entre los
cielos y la tierra, rayos amenazadores buscaban los objetivos que sentenciar,
entre tanto alboroto, una pequeña gota de agua asomaba entre los negros
algodones de su celda, prisionera de su naturaleza soñaba con saltar al vacío
con el sentimiento arduo de acariciar nuevas vidas, nuevos lugares, nuevas
experiencias…
La batalla había comenzado, los cielos en color guerra
machacaba el marrón de las tierras, de este modo, la pequeña gota de agua aprovechó
la distracción para saltar al vacío. Lo había conseguido, una vez más dejó de
ser la reo para lograr preguntarse los pasos a los que le llevaría su libertad,
su imaginación volaba tan veloz como su caída, pero… tan rápido como besó su
nuevo destino murió su sentir de libertad, una vez más… había caído sobre el
mar… tarde o temprano el sol la rescataría de las densas aguas para
encarcelarla en una nueva nube, y así fue, escapó de mil y una tormenta
acabando envuelta en el frío azul de los mares.
Sin esperanza y olvidando tantos planes trazados no
terminados y sin dueños, aceptaba su cíclica vida como la verdad de su
existencia, pero… cuando más olvidas los sueños, la vida de forma casual te los brinda
sutilmente para que puedan ser ignorados y recordados, este fue el caso, una
vez más escapó de su celda, su caída muerta solo buscaba donde reposar y
descansar por unos días, pero esta vez no se sumergió en el frío azul, por
segundos descubrió lo real de los sentimientos, aquello que tanto anhelaba encontrar,
así, halló la tristeza mientras se mezclaba con las lágrimas que surcaban las
mejillas de una mujer, la felicidad de unos labios que sonreían a la par que
un hombre acariciaba con sus manos el rostro de aquella mujer, para finalmente
sentir la generosidad de regar en vida aquel pequeño rosal que empezaba a
despertar de la densa tierra.
El hecho de nacer trae consigo una compañera de viaje que
bautizamos como problemas, que no aparezcan en nuestro día a día no está en
nuestra mano, al igual que la pequeña gota de agua, nos ceñimos a evitar caer
en esos problemas pero ¿lo conseguimos?, no, al intentar no reproducirlos
causamos el efecto contrario pero más voraz, creamos nuevos problemas en
nuestras vidas a la par que despertamos aquellos de los que queremos escapar.
Puede que la solución sea tan dura como fácil, olvidar lo malo y salvar lo
bueno.