viernes, 19 de julio de 2013

En busca de lo conocido

Acariciaba los cinco meses de vida cuando dos manos se posaron sobre mi pequeño cuerpo, la calidez de unas manos abrigaron mi cuerpo con la ternura desmesurada de quién añora el cariño fiel, a los minutos me elevaba entre otros brazos que me abrazaron con igual intensidad, sin saber muy bien como, me encontraba en un nuevo lugar, mi hogar.

De forma desordenada mis juguetes llenaban el espacio que ocupaba el lecho donde los sueños navegaban en las fauces de las noches de invierno, cada día, cuando el sol decidía tomar rumbo a su descanso final, aquellas dos personas que formaban el mundo de mi vida, se tomaban de la mano y marchábamos entre pocas palabras marcadas por sonrisas que respiraban bocanadas de felicidad.

La vida andaba a pasos agigantados, sin temor, a medida que mi vida era completa y feliz, entre juegos y caricias los años sobrepasaban la existencia de todo aquello que estaba vivo, pero un día, sin entender por qué, aquellas tardes de paseos cambiaron las sonrisas por la seriedad, el cariño se transformaba en indiferencia, el amor en discusiones de odio y poder, ¿qué sucedía?, sin entenderlo, hacía lo único que podía hacer, vivir.

Lo que antes eran adornos, fotos y recuerdos ahora formaban castillos de cajas apiladas en la frialdad de Agosto. Las cajas desaparecieron al igual que una de las personas que tanto juego y cariño me dio. Como el viento trae las hojas secas, esta vez, arrastró las cenizas de aquello que llamaban amor, dejando en la pena del sollozo los recuerdos que no nacerán, dejando sin pintor los retratos de los sueños contratados en los abrazos de las oscuras noches.

Como el viento posa las hojas en el mar, sus manos día a día buscaban en mi pelaje el calor y cariño que mi compañía le ofrecía, a la par que mi corazón preguntaba a los despojos de sus lágrimas, ¿el amor acaba? ¿Es posible que cuando en la noche se duerme el amor, en la mañana se despierte su ausencia?, las respuestas nunca las encontré, pero quizás, lo peor del amor no es que acabe sino que no se encuentra, confundidos con el intenso fuego que arde en las entrañas, olvidan que el fuego no nutre lo que toca… sino lo transforma en cenizas, secando el paladar y necesitando de beber del manantial de otros besos, haciendo creer que se deja de querer, porque el amor no es como las llamas que consumen los libros pendientes de leer, quizás el amor es como el aire, no se ve ni se mide, invisible como la brisa, nada al lado de las personas sin hacerles preguntar, ¿dónde está nuestro final? ¿eres mi vida? Simplemente les brinda un nuevo día en sus miradas sin decir nada, igual que ayer, igual que mañana.

sábado, 13 de julio de 2013

El puzle de tu vida

Su reloj marcaba las diez de la noche, moribundo y cansado salía del trabajo con un gran sentimiento de satisfacción, caminaba por las gélidas calles de la ciudad, recordando todas las tareas de trabajo por realizar el día de mañana.  Su mente hablaba de trabajo para acordarse que debía olvidar.

Próximo a su hogar, lugar donde el único calor que le esperaba era el de una vieja manta, un poco de tela que le hacía memorar el significado del ardor de un cálido abrazo. La llave abrió la puerta  principal de un moderno edificio de viviendas, cuando se encontraba caminando hacia la puerta 204, el portero del lugar salió a su encuentro para ofrecerle una caja de tamaño medio, empaquetado con un torpe papel marrón. 

Extrañado y sin remitente, entró en su piso, dejó descansar el paquete sobre la mesa principal. Mientras su ropa se deslizaba por su cuerpo hasta el suelo, sus ojos desnudaban aquel misterioso paquete, así pues, abatido por la curiosidad, caminó firme hacia la mesa, lo tomó entre sus manos y lo despojó de sus marrones vestimentas…

La incredulidad brillaba en su mirada, se encontraba delante de una caja con una frase dibujada en la zona posterior de la misma, se podía leer;  “Tu vida”. Lentamente, destapó la tapa de cartón para encontrarse con 20 piezas de puzles…

Inundado por las preguntas, unió cada una de las piezas, no fue más de 30 minutos cuando el  puzle llegó a su fin, una imagen había nacido, el resultado era una foto de si mismo trabajando en su oficina. Sin entender nada, tomó de nuevo la caja, buscaba una pista para descifrar aquel misterio, pero no encontró más que aquella frase que daba título al puzle: “Tu vida”… pero no quiso entender. 

El sol arrolló la noche y el despertador avisó que un nuevo día lo esperaba, vestido y desayunado marchó al trabajo, como cualquier otro día, llegó a su casa cuando la oscuridad dominaba los cielos. Se acercó a la mesa  donde se encontraba el puzle y volvió a leer: “Tu vida”, no podía sacársela de la cabeza… de nuevo en la cama, olvidó que no podía recordar y unas preguntas invadieron su mente… ¿Soy feliz? ¿he vivido?

Buscando respuestas comenzó a recordar, de su pasado arrastraba tantos fracasos y rechazos, era un hombre que no destacaba en lo físico ni en simpatía, conservaba miedos helados de cuando era un muchacho, sus sueños murieron con la justificación que simplemente era una utopía. Repasando tantas preguntas… el sueño lo venció…

Despierto, cogió el maletín que descansaba sobre la mesa, al tomarlo en sus manos, observó una nota de papel sobre aquel puzle, se podía leer: “Tus fracasos también son tus triunfos”. 

Las nueve de la mañana marcaba el reloj cuando sus pies entraron en la oficina, “Tus fracasos también son tus triunfos”, no olvidaba esas palabras, dejándose llevar,  hizo algo de lo que nunca antes se había atrevido, comenzó a charlar con sus compañeros, a tratar aquella mujer que tanto le gustaba como una persona más, el miedo lo invadía, aún así, no se dejaba frenar. 

Al volver a casa, sobre la mesa encontró nueva piezas de puzles, tras armarlo, además de su imagen trabajando, pudo verse como disfrutaba de la compañía de otras personas. Pasaron los días y poco a poco venció su timidez, recordó que era una persona, ni mejor ni peor, solo uno más, comenzó a vivir, dejó atrás todos los miedos, el tiempo le brindó grandes derrotas, pero también grandes victorias… un día, invitó a salir aquella mujer del trabajo que tanto, tanto, tanto, le gustaba, obtuvo un no como respuesta… un día, en un concierto de su grupo favorito, se armó de valor e inició una conversación con aquella mujer que su mirada le encandilaba… toda historia tiene un principio… a día de hoy continúan escribiéndola, ya lo decía la frase, “Tus fracasos también son tus triunfos”.

Indirectas - Monólogo

La gente dice que la vida es el maestro y nosotros sus aprendices… en cierto modo tienen razón… lo que pasa... es que este maestro es un poco cabrón, aún no me ha enseñado lo que es el sexo…  y se lo que significa porque soy un alumno aplicado y… ya no hay páginas porno que no me conozca, ya imagino a más de uno pensando,.-Normal, ¿te has mirado al espejo? ¿cómo una mujer va querer estar contigo?.- Mis cojones… He tenido de novias… muchas… y todas ellas han tenido algo en común… cuando lo íbamos hacer por primera vez... todas al verme desnudo, les dolían la cabeza… que hijas de… 

A lo que iba, hablábamos de la vida y maestros… a todo ello me he acordado de algo… las indirectas… las mujeres son las maestras de ellas…

Las mujeres dicen todo con mucha sutiliza, si tu novia te regala un bono por un año para ir a un gimnasio no es porque te guste el ejercicio o porque sea tan compresiva que te deja ir para que veas a muchas tías sudorosas, con ropa apretada, marcando todo… pero todo… y puedas desnudarlas con la vista, no, ella te lo regala porque has subido de peso… esa barriga que no deja vértela… ya no es sexy… a ella le gusta las tabletas de chocolate y tu de chocolate mucho… de tableta poco… 

Ya no hablemos de otras indirectas… mucho más serias… el compromiso… nunca, nunca, pero nunca, paseéis con vuestra pareja cerca de una joyería, ¿por qué?... ilusos… cuando estéis en el escaparate y ella señale aquella alianza de boda valorada en 500€… no lo hace porque le guste… no, lo hace para decirte indirectamente… ¿cuándo nos casamos?... llegados ese caso… emplead la técnica de la mujer y el sexo… decidle .-Cariño, me duele la cabeza, vámonos.-

Las mujeres buscan piropos en las indirectas, ¿cómo?... con preguntas…  .-Cariño… ¿a qué me queda bien este vestido?, ¿estoy muy fea?.- ahora os preguntaréis, ¿dónde está la indirecta en estas preguntas?... indirectamente te está diciendo… dime lo guapa que soy y está noche follamos… dime lo contrario y el único sexo que tendrás en un mes será con tu mano…

Fuera de la pareja, las tías también sueltan indirectas… y de las buenas… cuando estando sin pareja, una mujer te dice… .-Qué afortunada será la mujer con la que acabes.- lo que quiere decirte es, .-Ni te me acerques, no quiero nada contigo, que pesado de tío.- o cuando ofrecemos sexo porque si a una mujer y nos responde .-Lo siento, pero busco algo serio.- lo que quiere decir es , .-¿Acostarme contigo? Si fueras lo contrario a ti, te haría un hombre.- Esa última frase la he escuchado bastante… que hijas de…. 

Y no hablemos de las indirectas en el sexo… aquí están las mejores… la resumiré en un solo ejemplo .-Cariño si hubiera un medio de transporte como tu en el sexo sería el mejor invento del mundo.- si no pillas la indirecta, y tienes los cojones de preguntar por que, la respuesta es, .-Porque sería un transporte muy pequeño y muy rápido.-

Antes de terminar, debemos decir que los hombres no lanzan indirectas, ellos, solo hacen lo que tienen que hacer… dar la razón, .-Que guapa estas.- .-Eso que llevas te sienta genial.- .-Si que estoy un poco más gordo y en baja forma.- .-¿Qué salgamos con tus compañeros cachas del gym? Claro que si, pero no prefieres que invitemos a esa amiga tuya que está tan buena y que… .- ¿y por qué damos la razón?, porque lo que queremos decir sutilmente es, .-Me da igual lo que me estas diciendo, ¿follamos o que?.-

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