jueves, 13 de junio de 2013

Para ti

Nuestras miradas penetran la dócil armadura revestida por los brillantes diamantes de los sueños que fingimos no haber oído, anidados entre las blancas sábanas  disfrazadas por las sendas sedas del vuelo eterno de las plumas nacidas en los sueños tan nuestros de futuros unidos entre el tiempo de la vida, promovidos por todas aquellas canciones que hicimos nuestras, recordaremos como aquellas hojas secas pasearon a nuestros lado por aquellas calles que vislumbraron la historia de las ardientes cenizas que el viento intentando apagar convirtió en la ferviente llama que buscamos sin encontrar.

Nuestras huellas en las arenas de la playa las cubrió la mar olvidando que el pasado camina inexorablemente al olvido, removiendo en mis recuerdos aquel beso, no el primero ni el último, sino de aquel corto beso, que duró más que el silencio, más después de dártelo el tiempo no lo quise para para nada más que detenerlo en tu beso, pues mis labios dejaron de besar la carne de esos rojos y densos labios para besarte a ti.

Mirándonos en el azul del cielo desterramos los bocetos de las negras sombras que ciernen sobre nuestros presentes imperfectos las tormentas de cenizas que nos bañan en las falsas dudas de los fantasmas de las sombras de los malos presagios para construir los cimientos de tantas cosas por hacer y vivir juntos.

Un día la dulce brisa de Noviembre llevó a mis manos el mapa que lleva al tesoro luminoso de mi vida que vestía el nombre de la mujer que robó las melodías que empañaban los cristales de los días sin llegar, para plantar en cada despertar un nuevo  anochecer, anudados en las miradas de los deseos de un nuevo amanecer.

Para la mujer más importante de mi vida.

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