Esta entrada se trata de una solicitud de un lector.
Transformado bajo las alas de un simple avión de papel,
surcaba los cielos de mi ciudad a merced de los violentos vientos del destino, volaba
sin rumbo, sin destino y sin final, solo me dejaba arrastrar por un huracán que
gobernaba mi frágil existencia.
Volé y volé, día y noche, sin descanso y sin cama donde
tenderme con la tranquilidad que regala las estrellas del ocaso más lejano. A medida que los días de mi existencia
sobrepasaron el umbral del tiempo de vida, dejé de sentir como el viento me
elevaba, notaba como caía en picado a la más absoluta nada, una caída libre de
segundos convertidos en horas de horrible reflexión marcadas por recuerdos y
todo aquello que no llegó, posiblemente, en aquel momento no era el miedo al
final lo que atormentaba mi mente, el miedo arraigó en mi sobre todo aquello
que soñé despierto, sin tener el valor suficiente para buscarte y cometer todo lo necesario que ese
amor exigiera.
Estrellado contra el frío asfalto de la ciudad, mi
existencia terminaba, un fin más, de tal forma logré escapar a las altas
esferas que los hombres bautizaron como Edén, entre luces y sombras continúe
buscando las respuestas que quedaron pendientes en mi vida, navegué entre los profundos mares del
recuerdo, buscaba y buscaba sin parar, pero un buen día a lo largo de la
extensa eternidad, una voz detuvo mis manos, una voz que preguntaba, ¿qué
buscas?, no supe que responder, quizás te buscaba a ti, tu que nunca supiste de
mi existencia, tu que jamás sentiste la llama de mi mirada al observarte
mientras de tu boca salían palabras, quizás, lo que buscaba era el valor para
mirarte y declararte la guerra con el objetivo de crear un horizonte para dos,
una guerra sin vencidos, si, eso era, buscaba la palabra valor y seguridad.
En ese momento entendí que las preguntas tienen un enemigo
mortal, las respuestas verdaderas, sin excusas y sinceras, respuestas escritas
con la palabra cobardía, ¿pero qué hacer?, la eternidad era demasiado grande
parar volver a encontrarte, quizás, realizando esta reflexión volvía a los errores de vida, a la carencia de
valor, ¿pero qué podía hacer?
Moviéndome entre mágicos mundos obtuve una gran lección, las oportunidades
existen, incentivado por una mínima posibilidad de victoria, luché duramente
contra las negativas de los dioses que marcan la humanidad, roge e imploré una
nueva vida, pero siempre la misma respuesta recibía, .-no es tu momento.-, durante
tantos años eternos de negativa aprendí un valor importante, no tener miedo a
la palabra no ni al fracaso. Puede que derrotados o sabios, estos Dioses un día
me llamaron ante su presencia, con una sonrisa afirmaron, .-Ha llegado tu momento.-
Tras esas palabras solo recuerdo la sala de un hospital, los
brazos de una madre que me rodeaban mientras todos sonreían de felicidad. Me
encontraba en una nueva vida, inexperto y a penas sin recuerdos, los años
mortales caminaron sobre mi cuerpo y vida. Un buen día, en algún lugar del
mundo, te vi, estabas a tan solo un paso de mi presencia, acompañado siempre
por los mismos miedos que aceleran el efecto de la soledad, te observaba como
si tuviera a penas quince años, una cara de auténtico gilipollas, pero no podía
dejar de hacerlo, en mi nació el deseo de llenarte de besos, dibujar el paisaje
de tu felicidad, conteniendo las ganas de darte calor bajo las mantas que
cubren tu cama, sea lo que sea, un impulso, hizo mover un pie hacia ti, no
recuerdo lo que te dije, ni lo que me respondiste, solo se que hoy tenemos un
horizonte en común, sin fecha de caducidad, pensar que hemos desterrado las
batallas individuales convirtiéndolas en batallas de unión por alcanzar un
único objetivo, continuar estar juntos.
Por todo ello, y siendo víspera de Reyes, quiero pedirles me
concedan un deseo en forma de regalo, así pues;
“Queridos Reyes Magos , este año no he sido el mejor, puede que nunca lo
haya sido ni sea, pero lo que os pido hoy no se trata de un capricho, ni sueño
disfrazado de neones luminosos que alumbran la ciudad, lo que hoy os pido es
que mañana, pasado y siempre que despierte la vea a mi lado, sienta como su
calmada respiración la tienen secuestrada en cálidos sueños, que cada día al
despertar pueda deslumbrarme por su blanca sonrisa, que continuemos mirando al
cielo buscando la estrella más lejana llenándolas de perdidos deseos.
Queridos Reyes, dadme miles de noches bellas e
inolvidables a su lado, que continuemos desnudando nuestros miedos rescatando del mar del
olvido aquellas primeras veces que nunca se fueron y que siguen a nuestro lado,
que nuestras vidas sea un catorce de febrero eterno.”
Como indiqué al inicio de la entrada, se trata de una
petición, así que desde el blog os deseamos que todo aquello que tengáis en
mente se cumpla, esos sueños de futuro que añoráis se conviertan en presente,
resumiendo, continuad siendo felices.
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