Con la cercanía de San Valentín, hoy queremos contar una
pequeña historia, puede que lo que leáis a continuación no sea más que la
realidad de cualquier relación, muchos y muchas esperan convertir este 14 de
Febrero en un día mágico, un día en el que regalar o mostrar un amor hacia esa
persona, pero pensadlo, el amor no se demuestra en un día, es algo que se regala
en cada detalle cotidiano, sea cual sea, no os esforcéis por convertir este
jueves en algo demasiado especial y convertid cada día de vuestras vidas en un
14 de Febrero.
Mirando al cielo creí encontrar la estela de la estrella que
busqué, nadando entre mares de estrellas fugaces te vi pasar como la sombra de
un sueño que huía de la realidad. Siguiendo tu aroma caí entre espejos rotos
clavando tu rota imagen en cada parte de mi cuerpo tatuando en mis huesos el
tacto de tu piel.
Volé sobre las plumas de las almohadas que vestían mi solitaria cama, buscándote en lo más profundo de una ciudad vestida de azules neones y
muros de cristal, te buscaba y buscaba, ¿dónde estabas?, solo silencio
encontraba, volvía a mirar a los cielos deseando ver nuevamente la estela de tu
melena que daba forma aquel celestial cuerpo.
Quemando los fantasmas del pasado con la gasolina de un
borroso futuro contenedor de tu nombre, salté en caída libre sobre el
precipicio de la nada para caer entre las dunas de lo inexistente para buscarte
con un pequeño candil entre la eterna oscuridad. Buscaba y buscaba señales que
llevaran a tu indomable corazón, buscaba caer entre las suaves sábanas de tus
manos, perdido y agotado arrastraba entre sueños los viajes de mil vidas que
nunca me visitaron.
Viviendo un mal sueño y a un paso de someterme a las mil torturas del desánimo y el terror, mi
corazón al igual que la chatarra muere abrazada a los siglos, se desarmaba en
caída continua, pero apareciste para reescribir mi futuro, con la voz del silencio
hablamos entre palabras que jamás llegaron a existir a través de la ventana de
tu mirada.
Cayeron mil noches mientras desnudábamos nuestros miedos
sobre el temblor de un mañana que espera nacer al alba, conquistamos el
horizonte lleno de líneas y sentimientos encontrados, borramos del calendario
un 14 de febrero para convertir nuestras vidas en un verdadero San
Valentín diario.
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