.-¿Cómo es posible?.-
se preguntaba al tiempo que su mirada intentaba romper la oscuridad de aquel
negro zulo. Mientras el miedo se adueñaba de su corazón, sus manos palpaban los
rugosos muros que rodeaban el pavoroso cuerpo, para su sorpresa, entre tantos
muros no encontró puerta, trampilla o posibilidad de escapatoria, sus ojos
seguían sin acostumbrarse la eterna oscuridad que caía sobre él en forma de
cruel torrencial. Cansado de dar vueltas y más vueltas, apoyó su ancha espalda
en una de las paredes, luego, su cuerpo se dejó caer al igual que una gota de
agua acaricia un cristal en una fría noche de invierno. Su cerebro procesaba
preguntas sin respuestas, .-¿Dónde
estoy?, ¿es mi fin?, ¿cómo saldré de este cubo?.-
Con el paso de las horas, su corazón comenzó a tomar
prestado el oscuro negro de la habitación, el aburrimiento y el miedo luchaban
por dominar al inerte cuerpo que sujetaba aquella pared. Derrumbado y aceptando
su final decidió una última acción, hacer balance de su vida.
.-Cruel destino.- pensaba
mientras intentaba recordar aquellos grandes momentos que se perdería, lugares
y personas que no conocería, abrazos sin brazos, besos sin labios, tantas cosas
perdidas, olvidadas y enterradas en este maldito cuarto lleno de pesimismo,
maldita sea, gritaba en su mente. En un fugaz segundo nació una luz en aquella
habitación, un punto luminoso bajaba del techo, lentamente descendió, hasta
quedar suspendido a la altura de los ojos del encarcelado sujeto. .-¿Qué coño…?.- dijo en voz alta, para su
sorpresa obtuvo respuesta, una voz que no escuchaba pero que oía en su mente,
aunque lo más sorprenderte era el sonido de aquella voz, era la suya.
.-¿Por qué imaginas un
futuro lleno de mentiras?.- preguntó ese luminoso punto, .-¿quién o qué eres?.- dijo en alta voz,
.-Soy tu balance.-, respondió la
misteriosa bola de luz. .-¿Mi balance?,
esto no tiene sentido.- gritaba asombrado por tal situación. .-Poco importa que me creas o no, mi misión no
es que creas en mi.- respondió fríamente, .-¿Cuál es tu misión entonces?.- respondió burlonamente, .-Qué te calles, escuches y comprendas.-
asombrado ante tal respuesta, el silencio y el miedo llenó todo su cuerpo con
un temblor sobrehumano.
.-Es irónico que
llores por estar encerrado en este lugar, zona creada y visitada continuamente
por ti mismo. ¿No recuerdas cómo creaste este zulo?, tu cobardía fue el arquitecto
de estas anchas paredes, con los pasos de los años tomaste una decisión,
encerrar tus miedos e inseguridades en lo más profundo de tu ser, pensabas que
con esto te ahorrarías lágrimas y dolor, pero no, la vida no funciona en el
olvido, pues tus miedos no mueren, ellos lentamente se juntan y se alimentan
hasta que un buen día deciden visitarte y obligarte a vivir a su lado.- explicaba
la luz, cuando fue cortada por el prisionero
.-¿Estoy encerrado junto a mis
miedos?.- .-Tu lo has dicho, esto no es más que tu, tu vida, tu futuro. Tu cobardía
ante la vida te brindó inseguridades, mientras pensabas que tus pasos eran los
correctos, tu corazón te decía que lo hacías mal, pero lo ignoraste. Con los
años caminabas con la cabeza bien alta simulando un gran valor, la máquina de
tu corazón cerró, secando los vestigios de sangre que aún circulaban, tus pasos
eran firmes, o eso creías, pero todo era una gran mentira, caminabas por la
vida como un perdedor, seguías con la tradición de la confusión e indecisión.
Tus pasos se transformaron en años y en sueños olvidados, momentos que no
fueron, pero, ¿qué más te daba?, algún día llegará, pensabas, pero ignorabas
que tu peor enemigo era algún día. Nunca comprendiste que mañana no será
diferente a hoy. Continuabas encerrando miedos, creías caminar y arriesgar
cuando en realidad estabas parado, mirando desconsolado como el resto conseguía
lo que un día tu corazón te grito, envidiando a la humanidad, al amor, al
futuro. Elegiste esperar primeras veces que no llegaban, elegiste disfrazarte con frialdad ante la
vida mientras en tu soledad te bañabas con lágrimas de cobardía y timidez, ¿qué
esperabas de tu vida? ¿te extraña estar como estas? Dejaste de buscar pensando
que un día dirías, “Te esperé y esperé para encontrarte”, pero no, ahora más
viejo y cansado tienes lo mismo que en tus años de soñador, nada. Yo soy tu, yo
soy tu pasado, por favor, no me conviertas en tu futuro, saca de tus bolsillos
la timidez y cobardía, enfréntate por primera vez en tu vida a ellos. No
olvides que la vida es un tren con muchos vagones, no debes perderlos de
vista o esperar a que paren, tienes que correr y agarrar un vagón, aunque sea
el último de la fila. Ahora te toca a ti salir de este oscuro y profundo pozo,
arriesga, lucha contra ti mismo, venda tu corazón, ponlo en marcha, que fluya
en el las derrotas a las que te enfrentaste y a los triunfos conseguidos, sal
de aquí.- con estas palabras la luz fue disolviéndose en la nada, poco a
poco se apagaba, ¿ahora qué? Se preguntó el acobardado hombre.
Un sonido estrepitoso rompió la oscuridad derrumbando las paredes de aquel tenebroso zulo, sus
ojos se abrieron lentamente, ante él se desplegaba su pequeña habitación .-Todo fue un sueño.- pensó aliviado, aún
así, algo en su pecho lo atosigaba, era un sentimiento de miedo, recordó las
palabras de su balance, sentía que la razón era la luz que bañaba aquel pequeño
halo. Su nuevo miedo era la verdad, ¿qué hacer con él?, no sabía cómo,
pero decidió luchar contra el nuevo y amenazante ente, ¿lo vencería?, esa
pregunta solo el tiempo, la valentía y el poder a levantarse tras cada golpe se
lo dirá, yo creo en el.
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