La entrada de hoy la quiero utilizar para dar respuesta a un
e-mail recibido hace unos días. A modo resumen, un lector explicaba que su vida
había sufrido un giro de 180 grados, su tesoro más preciado, es decir, su
pareja puso punto y final a la relación, por ello, nos hacía saber su malestar
por perder a lo que denominaba como el amor de su vida.
Querido lector, desde aquí no podemos aconsejarte o dictar
los pasos a seguir, pues como entenderás, escribimos chorradas en plan
monólogos o reflexiones muy personales, ya sea solicitadas o porque surgen, aún
así, te quiero mostrar una visión personal sobre el amor y las roturas de
pareja, en esta entrada, no me andaré por las ramas, ni la maquillaré con
palabras, pero recuerda, lo que viene a continuación es simplemente una opinión
personal.
Las relaciones sentimentales… me gusta compararlas con el
mar, en una primera ojeada, podemos comprobar como la calma nos muestra un
mundo azul, lleno de vida, de posibilidades, un mundo sin explorar, pero, bajo
el manto azul que lo tiñe, ¿qué esconde?, profundidad, corrientes invencibles,
violencia sin piedad y una complejidad que a simple vista no existe. En el
mundo de la pareja se da una similitud, dos personas, dos universos, dos vidas
deciden redactar un porvenir lleno de felicidad en un libro de princesas y
príncipes. Con el paso del tiempo, ese mar, creado entre dos comienza a mostrar
sus peligros, los afilados dientes de los depredadores buscan el alimento de la
mentira, mientras otras tantas verdades se refugian en la mayor profundidad
posible, lo que antes era amor y pasión se transforma en una guerra de piel
contra piel, lo que antes era paz y calma evoluciona a un oleaje de
sentimientos contradictorios, de dudas arrojadizas, de verdades nunca contadas,
vamos, el principio del fin.
Como decía, una relación nunca es fácil, ¿qué hacer
entonces?, sinceramente no lo se, ¿qué es lo correcto o incorrecto?, ¿alguien
lo sabe?, lo dudo, de hecho, podréis leer teorías absurdas de cómo conquistar a
una persona en diez pasos, libros que intentan buscar la respuesta al amor
verdadero, pero, un consejo, huid de todos aquellos que se proclaman sabios,
¿por qué?, muy simple, ¿cómo una persona puede conocer secretos que no
existen?, ¿cómo una persona tiene soluciones para todos menos para su vida?,
repito huid, ¿sabéis?, la mayor sabiduría reside en vosotros, la vida, el amor
y otras tantas cosas, no son enseñadas en la escuela, sino aprendidas por cada
uno de nosotros en nuestro día a día, convertiros en los sabios de vuestras
propias vidas, es un consejo. Al inicio
del párrafo planteo unas preguntas sin respuestas, el problema de esos
interrogantes no es la carencia de una clara y concisa solución, no, el
problema es que creamos y alimentamos con el miedo esas preguntas, ¿cómo
evitarlas?, cada uno puede sacar conclusiones, yo os cuento la mía, ser uno
mismo, vivir por y como eres.
Quiero volver a lo comentado al final del párrafo anterior,
“ser uno mismo, vivir por y como eres”,
puede que en esta frase se encuentre uno de los mayores problemas de una
pareja, ¿por qué? Porque no se cumple, es decir, generalizando, persona conoce
a otra, sin darse cuenta, se queda impregnado/a de ese otro ser, ¿qué ocurre
aquí?, el miedo a perder algo que no tenías pero que hoy envuelve tu vida,
vuela sobre tu mente, pues todo inicio es perfecto, ¿cómo no cuidarlo?, en este
punto, aparecen dos actores profesionales actuando en la película de la
falsedad, dos seres que no se muestran tal como son, dos personas que callan lo
que les hace daño por no romper ese “mágico” momento, pero, ¿es viable mantener
esa actuación de por vida?, opino que no, tarde o temprano, saldrá el propio yo
de cada uno, aparecerá en escena ese malhechor que tanto se intentó ocultar, es
decir, uno mismo, esto deriva a un desgaste, pues, ahora tu pareja no es
aquella o aquel que tan feliz te hacía, no, ahora es el malo de tu película,
esto lleva a un cansancio, a una rutina, a un final anunciado, aunque, todo
este proceso lleva consigo la marca de una guerra de dos, sacando al cabrón que
cada uno lleva dentro, pero… lo peor de todo es estirar la batalla por los
siglos de los siglos, por miedo a que el combatiente de la soledad entre en
juego y nos machaque con una falsa realidad, ¿qué hubiera pasado si desde el
momento cero hubiéramos mostrado nuestro verdadero yo?, ¿sucedería lo mismo?,
no lo se, me gusta creer que no, quizás y solo quizás, la sinceridad desde el
comienzo es la base de toda torre que aspire acariciar las estrellas.
Promesas, promesas y más promesas, ¿para qué?, promesas
vanas y vacías no se sostienen, promesas que caen al saco del olvido a medida
que cumplimos años, desconozco vuestro punto de vista, aunque planteo una duda
que viene a la mente, ¿en vez de prometer tanto no es más realista tomarse de
las manos, aceptarse, luchar y continuar un camino?, puede que si aparcamos la
palabra, “te prometo que…” la cambiamos por un, “hablemos y avancemos juntos…”
puede y solo puede, que el verbo prometer no se convierta en el arma del
reproche.
El amor de una vida, ¿cuántas veces habréis escuchado
esa frase?, es decir, “eres el amor de mi vida”, pregunto, ¿cómo sabes que es el amor de tu
vida?, no se sabe, el futuro no está escrito, o por lo menos, no vemos las
letras que llena su interior, ¿para qué llorar pensando que perdiste?, puede
que mientras llores estés cerrando las puertas a la persona que tanto buscas. Vive, conoce y siente, deja que el tiempo te
acaricie entre las alas de la vejez, deja que el mundo te descubra la persona
que te espera en algún lugar de este globo llamado Tierra.
¿Cómo olvidarlo/a? Muchas personas crean el odio, un acto
sin sentido, total, ¿odiar sirve de algo? ¿Odiar cambiará las cosas?, no, solo
sirve para culpar un pasado, es decir, excusas y más excusas, ¿qué se consigue
con ello?, nada, mientras muchos pierden el tiempo odiando, sus respectivos/as
ex - parejas lo han volcado al olvido del ayer, disfrutando de una nueva
ilusión junto a otra persona, odiar no es la medicina del olvido, la cura se
encuentra en ti, recordar, aprender, quererte a ti mismo y caminar por el único
sendero, el hoy.
Finalizando, la vida no es una película donde chico enamora
a chica, viven y comen perdices para siempre, no, la vida no tiene guión, la
vida no siempre regala un final feliz, nos da algo mejor, mil posibles historias
de amor, donde puede que alguna de ellas sea la de definitiva, porque, el amor
es eterno… mientras dura, juega tus cartas y convierte tu día a día en una
eternidad más, en tus manos está. No
busques tu media naranja, se la naranja entera, encuentra tu otra naranja,
luchen uno al lado del otro y no contra la propia pareja, exprimir vuestras
vidas en un vaso en común con el objetivo de rebosarlo con el zumo de dos
personas diferentes pero iguales con un objetivo final, su objetivo.
Nos despedimos, al lector al que dedicamos estas líneas,
anímate, aunque el fracaso sea la carga
que reposa en tu espalda recuerda que tus vacías manos tienen mucho, pero mucho
que brindar a tu universo.
Para la próxima entrada volveremos con un monólogo de Linex,
¿qué absurda locura se le habrá ocurrido esta vez? No os la perdáis!!!.
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