miércoles, 5 de septiembre de 2012

Alma Gemela, breves líneas para ti, estés donde estés


Un desierto, eso era lo único que separaba mi mundo de la realidad, árido y cruel, formado por aquellos sueños que un día decidieron no llegar, mientras desesperadamente buscaba con la mirada aquellas gaviotas que en volandas robaron los sueños de una niñez. Perdido entre las dunas de mi pasado, saciando la sed con la lluvia de las estrellas, buscaba entre puertas de arenas una pequeña semilla que plantar en este y mío desierto, pequeña semilla que prometías en mis sueños más voraces, una felicidad condicionada al tacto de tus blancas y brillantes manos, junto a dos pequeños rubíes capaces de convertir el alma de este Indiana Jones de la vida en la respuesta que tanto buscaba, respuesta luchadora de secos interrogantes, batallas sonadas al ritmo de explosivos volcanes, acompañados de latidos de esperanza envejecida con años simulando arrugas en un rostro y cuerpo que marchita día a día, buscando perdidamente beber de la juventud eterna del  rocío de tu voz, esperando que el leve manantial de tus lágrimas bañe este perdido trozo de arena, devolviendo a sus sendos pasos aquellos brotes de realeza que un día te imaginaron, que un día te crearon y formaron sin conocer el nombre que bañaba tus imaginarias líneas.

Sendos y alejados caminos dibujaban mis borrados pasos, haciendo de mis pies pequeños bombillos que engañados te buscaban en la oscuridad de tu sombra, oscuridad agigantada por el miedo de que la pequeña luz de mis piernas cayeran desplomadas y fueran arrastradas al Edén de los mortales, paraíso de promesas vanas,  promesas celestiales de aguas eternas, verdes enredaderas de almas gemelas bailando al ritmo de blancas nubes, mientras mi alma descansa en la más alta esfera del cielo rogando al sol creador que me muestre el brillo de tu candidez, no se si fueron los ruegos tras tantas eternidades, que el regalo de tu luz me fue brindada y absorbida por mis mortales ojos.

Así pasaron los siglos y vidas, caminos de recuerdos ya olvidados, pero el eterno regalo de tu ser nunca fue borrado de mi alma. Hoy la vida reboza mi alma, sigo imaginándote día a día, no se donde te encontrarás, ni tu disfraz carnal, pero un día, miraré en lo más profundo de tu ser, te volveré a descubrir, me acercaré y te hablaré, quizás de mi voz escuches miedos templados, no te asustes ni huyas, pues solo querré dedicarte un por fin te encontré, un por fin encontré la semilla del desierto que dará vida a mi oasis, un por fin te encontré que cuidaré entre temblorosas manos hasta que esta nueva vida decida separarnos de este mundo azul  y envolvernos en el as de la vida para regalarnos en otra eternidad, quizás, otra vida sin ti, otra vida  buscándote y encontrándote, hoy que rozas mis manos, prepara para beber del elixir de la felicidad al lado de este perdido explorador que admira cada milímetro de tu ser, hoy o mañana te encontraré.

La idea que da cuerpo a esta entrada nació tras una conversación que mantuve ayer con un gran amigo, y por ello, te la quiero dedicar a ti, compañero de fatiga y de roba exámenes… menos mal que nadie conoce nuestra identidad y no pueden delatar nuestra época de ladrones de exámenes... hablando de buscar y robar exámenes, querido amigo, con las almas gemelas, o más simple, con el amor, sucede igual, no decaigas en tu búsqueda, no se donde, ni quién, pero en algún lugar te estará esperando esa chica, y te puedo asegurar que será una auténtica afortunada. Me veo al típico listo pensando, .-Anda ya Linex, ¿por qué no predicas con el ejemplo y te pones a buscar una que te aguante? Quizás, la encuentres por Marte o más allá.- pues decirte que vas un paso por detrás, tengo Marte, la Luna y todo el Planeta Tierra controlado, ¿por qué crees que lanzan los satélites al espacio?, es que… siempre voy por delante…

Antes de que mis dedos finalicen esta entrada, recordarte viejo amigo que puede que mis palabras suenen a una visión infantil e irracional del amor, pero créeme, mil experiencias vividas y años que dejan surco en mi, pero mi meta por muy infantil o estúpida que parezca a muchos, jamás dejaré de seguirla y sentirla, porque recuerda, nadie, pero nadie, tiene el derecho a juzgar tus metas, sueños y pensamientos, porque todo este conjunto es lo que te hace ser único y exclusivo, así que sueña como si fuera el último día, lucha como si no hubiera batalla perdida, busca y espera tu senda, no lo olvides.




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