sábado, 1 de septiembre de 2012

El pasado, gran maestro, gran enemigo


El pasado me creó en el presente, mi presente creará mi futuro, ¿esa afirmación es cierta?, ¿esta información arrastra un motivo o excusa?, ante tal dilema, mi mente no responde con una clara respuesta, más bien lo contrario, responde si y no.

Bien es cierto que, las personas evolucionan, dentro de los cientos de parámetros de evolución social que se dan en un ser humano, hoy solo haré hincapié en uno de estos parámetros, el pasado, en como un fragmento extenso o corto de tiempo ya no existente genera unas conductas, pensamientos, acciones presentes y futuras, postradas y guiadas nuestro pasado.


Claro está que, una persona tendrá una visión o actitudes ante la vida dependiendo de lo vivido y experimentado en las diferentes etapas de su vida, lo más cruel de situaciones traumáticas o simplemente no agradables aplicadas a lo largo del tiempo, es que logran moldar la personalidad de un ser humano, cayendo en el pozo de un tópico, .-La vida me hizo así.- o directamente huir de las miles de posibilidades diarias que pueden presentarse en la vida, creando un corredor de fondo de oportunidades hacia una estabilidad ficticia, una estabilidad incierta, disfrazada por una capa de seguridad dibujada por nuestra mente, pues, indirectamente o inconscientemente, asimilamos o adjuntamos a una situación un resultado del pasado ya experimentado y de resultado nefasto, pero, ¿por qué una nueva oportunidad debe tener un idéntico resultado a lo ya vivido? La respuesta a la pregunta es redondeada por una cúpula de acero, un punto de seguridad, un si ya he pasado por esto tantas veces que sé que me volverá a ocurrir, de tal forma que, queriendo anclarnos en un puerto seguro logramos todo lo contrario, es decir, dejar de vivir, experimentar y aprender. Solo pensad, si todas las experiencias tuvieran idéntico resultado, ¿por qué hay personas que siguen disfrutándolas o son felices con ellas? ¿acaso tienen poderes mágicos, o la suerte es su segundo apellido?, NO, los malos momentos, en mayor o menor medida han sido vividos y sufridos por cada uno de nosotros, por lo que, solo os puedo recomendar que bebáis de la absenta del olvido o simplemente dejaos robar por el ratero del tiempo aquellas malas experiencias, realizad una estudio de lo ya vivido, aprended de ello, no creéis vuestras vidas entorno a ellas, no huyáis en un mundo de mentiras y excusas vanas para justificar vuestras acciones, palabras y demás, arriesgad y tened por seguro que en el juego del riesgo tenéis amplias posibilidades de perder, pero también de ganar y aprender.

Finalizando la entrada, desearos un feliz fin de semana, lleno de sonrisas, pequeños disfrutes diarios y recordad, de una forma u otra, estáis rodeado de auténticos tesoros disfrazadas de personas, así que, entre fiesta y fiesta, disfrutad de su compañía.

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