El pasado me creó en el presente, mi presente creará mi
futuro, ¿esa afirmación es cierta?, ¿esta información arrastra un motivo o
excusa?, ante tal dilema, mi mente no responde con una clara respuesta, más bien
lo contrario, responde si y no.
Bien es cierto que, las personas evolucionan, dentro de los cientos
de parámetros de evolución social que se dan en un ser humano, hoy solo haré hincapié
en uno de estos parámetros, el pasado, en como un fragmento extenso o corto de
tiempo ya no existente genera unas conductas, pensamientos, acciones presentes
y futuras, postradas y guiadas nuestro pasado.
Claro está que, una persona tendrá una visión o actitudes
ante la vida dependiendo de lo vivido y experimentado en las diferentes etapas
de su vida, lo más cruel de situaciones traumáticas o simplemente no agradables
aplicadas a lo largo del tiempo, es que logran moldar la personalidad de un ser
humano, cayendo en el pozo de un tópico, .-La vida me hizo así.- o directamente
huir de las miles de posibilidades diarias que pueden presentarse en la vida,
creando un corredor de fondo de oportunidades hacia una estabilidad ficticia,
una estabilidad incierta, disfrazada por una capa de seguridad dibujada por nuestra
mente, pues, indirectamente o inconscientemente, asimilamos o adjuntamos a una
situación un resultado del pasado ya experimentado y de resultado nefasto,
pero, ¿por qué una nueva oportunidad debe tener un idéntico resultado a lo ya vivido? La respuesta a la pregunta es redondeada por una cúpula de acero, un
punto de seguridad, un si ya he pasado por esto tantas veces que sé que me
volverá a ocurrir, de tal forma que, queriendo anclarnos en un puerto seguro
logramos todo lo contrario, es decir, dejar de vivir, experimentar y aprender.
Solo pensad, si todas las experiencias tuvieran idéntico resultado, ¿por qué hay
personas que siguen disfrutándolas o son felices con ellas? ¿acaso tienen
poderes mágicos, o la suerte es su segundo apellido?, NO, los malos momentos,
en mayor o menor medida han sido vividos y sufridos por cada uno de nosotros,
por lo que, solo os puedo recomendar que bebáis de la absenta del olvido o
simplemente dejaos robar por el ratero del tiempo aquellas malas experiencias,
realizad una estudio de lo ya vivido, aprended de ello, no creéis vuestras
vidas entorno a ellas, no huyáis en un mundo de mentiras y excusas vanas para
justificar vuestras acciones, palabras y demás, arriesgad y tened por seguro
que en el juego del riesgo tenéis amplias posibilidades de perder, pero también
de ganar y aprender.
Finalizando la entrada, desearos un feliz fin de semana,
lleno de sonrisas, pequeños disfrutes diarios y recordad, de una forma u otra,
estáis rodeado de auténticos tesoros disfrazadas de personas, así que, entre
fiesta y fiesta, disfrutad de su compañía.
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